sábado, 23 de enero de 2016

Condenando a los fieles

Lamentablemente, los fieles católicos no merecen para Francisco-Bergoglio el mismo respeto y benevolencia que los gays, y no sólo nos juzga sino que nos condena, nada menos que a pecar de IDOLATRÍA y rebeldía. Así se ha expresado en su homilía del 18 de enero en Santa Marta: 

"Los cristianos del "siempre se ha hecho así" son idólatras"

Al día siguiente, circulaba este texto por whatsapp: 

«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran», dice el Señor

"Tus Mandamientos son estables y los fundaste para siempre" ...

No es que seamos inmovilistas o hagamos las cosas "porque siempre se han hecho así"...
Es que a Dios no se le puede enmendar la plana, quien lo intenta lo hace por influjo de Satanás, no por el influjo del Espíritu Santo.
Pero el Modernismo, bajo la tutela de Satanás, pretende cambiar la Iglesia, matar la Iglesia de Jesucristo y construir una nueva iglesia donde quepan todos: judíos, paganos, adúlteros, sodomitas, musulmanes, herejes, sacerdotisas, dioses, diosas, TODOS, TODOS, cada cual con sus creencias, sus dioses y sus ídolos.
Por eso atacan tanto a los conservadores, a los que defienden la Iglesia verdadera, para descalificarlos, humillarlos y marginarlos, dejando así el camino expedito a la abominación de la desolación.

San Pío X, en Pascendi:
"Al presente no es menester ir a buscar a los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y esto es precisamente objeto de grandísima ansiedad y angustia, en el seno mismo del corazón de la Iglesia. Enemigos, a la verdad, tanto más perjudiciales, cuanto lo son menos declarados. Hablamos venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes. Ellos traman la ruina de la Iglesia no desde fuera, sino desde adentro; en nuestros días el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas. No hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper".

Así declaró el Cardenal Karol Wojtyla, ante el Congreso Eucarístico de Pennsylvania, en 1977: "Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esas palabras hacen eco a la versión diplomática del Tercer Secreto que, según el periódico alemán Neues Europa, el Papa Juan XXIII hizo circular a varios jefes de estado con movito de la crisis de los misiles: "Habrá cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Satanás marchará en medio de ellos y en Roma habrá grandes cambios".

Mons. Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII, 1938: "Estoy obsesionado por las confidencias de la Virgen a Lucía, la niña de Fátima. La obstinación de Nuestra Señora ante el peligro que amenaza a la Iglesia es una advertencia divina contra el suicidio que supondría la alteración de la fe en su liturgia, su teología y su alma. Escucho a mi alrededor a los innovadores que quieren desmantelar la Capilla Sagrada, destruir la llama universal de la Iglesia, rechazar sus ornamentos, hacer que se arrepienta de su pasado histórico. Vendrá un día en que el mundo civilizado renegará de su Dios, en el que la Iglesia dudará como San Pedro dudó. Estará tentada a creer que el hombre se ha convertido en Dios, que su Hijo no es más que un símbolo, una filosofía como tantas otras, y en las iglesias los cristianos buscarán en vano la lamparilla donde Dios los espera y como María Magdalena gritarán ante la tumba vacía: ¿Dónde le han puesto?"

El Padre Joaquín Alonso, archivista de Fátima: "El Tercer Secreto habla de la crisis de fe dentro de la Iglesia y a graves diferencias de la alta jerarquía superior de la Iglesia".

El Cardenal Silvio Oddi, en 1990: "La Virgen Bendita nos alertó en Fátima contra la apostasía en la Iglesia".

La beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: "Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo".

Cardenal Luigi Ciappi, teólogo personal del Papa Juan Pablo II: "El Tercer Secreto se refiere a que la pérdida de la fe en la Iglesia, es decir, a que la apostasía saldrá de la cúspide de la Iglesia".

Padre Paul Kramer, "El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada".

Al Padre Stefano Gobbi, fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal, la Virgen María le reveló en 1979: "Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viendo".