“La Naturaleza clama venganza y tiembla de espanto en espera de lo que ha de suceder en la tierra empapada de crímenes.” Estas fueron las palabras de la Virgen en La Salette en 1846, Aparición aprobada por la Iglesia, ya en tiempos de Pío IX. También dijo: “Se alterarán las estaciones; la tierra no dará más que malos frutos”. Suenan familiares. ¿Se estaría refiriendo a estos tiempos?
Algunos creen que siempre han ocurrido catástrofes naturales y que la diferencia es que ahora hay más medios de comunicación. Pero ya son los menos quienes piensan así. Los más constatan una tendencia destructiva que va en aumento. Entre ellos, el Instituto de Información para Aseguradoras de Estados Unidos. En un reportaje titulado “Signs of God” de la famosa cadena norteamericana Fox, su portavoz, Caroline Gorman, informaba de que “el mundo sufre una media de 700 desastres naturales por década, pero en la década del los 90 ha sufrido 2.400, una cifra tres veces superior a la media. No sólo son más frecuentes, sino también más intensos: 9 de los 10 desastres naturales más costosos de los EE.UU. han ocurrido en los últimos años”, esto fue años antes del Katrina. Por eso las compañías de seguros han acuñado un nuevo nombre para denominar las catástrofes de este tiempo: megacatástrofes. “También las erupciones volcánicas han afectado a mil millones de personas en los últimos 5 años”, se afirmaba en ese reportaje de la Fox del año 1999. “El número de las personas afectadas por las erupciones volcánicas en los 90s fue cuatro veces mayor; el número de afectados por corrimientos de tierras fue el doble”. Y de esto hace ya cinco años.
Otros datos de este Instituto de Información para Aseguradoras citados en ese reportaje fueron que : “Entre 1960 y 1989 sólo hubo un año en el que se registraron mil o más tornados en Estados Unidos, mientras que en la década de los 90 hubo, por lo menos, 1000 cada año. Un tercio de los desastres naturales ocurridos en EE.UU. en todo el siglo XX han ocurrido en la década de los 90. Los huracanes y ciclones afectaron a seis veces más personas en los años 90, lo cual supone un aumento del 600%. Las inundaciones afectaron a unos 130 millones de personas al año, un 700% más que en la década de los 70.”¿Qué sería hoy?
Otro estudio actual publicado en el número de octubre de la revista Science, realizado por la Escuela de Ciencias de Tierra y Atmósfera del Instituto de Tecnología de Atlanta, Georgia, y por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado, avala estos datos. Según el estudio, la incidencia del tipo más destructivo de huracanes -como el Katrina- se ha multiplicado casi por dos en los últimos 30 años. “Entre 1975 y 1989, hubo 171 huracanes, pero el número aumentó a 269 entre 1990 y 2004”, afirman los expertos, que encontraron un notable incremento en el número de huracanes tropicales de categorías cuatro y cinco, los más devastadores, como ya hemos comprobado. Este año, desde el mes de junio, ya son 12 los huracanes que han azotado el mundo, tres de ellos de categoría 5. Y aún no han terminado.
Los científicos buscan una explicación para este trágico fenómeno en el calentamiento global, pero la mayoría de los expertos consideran que actualmente no hay suficiente evidencia para hacer tal afirmación, en parte por la falta de datos a largo plazo. Pero, en cualquier caso, sería difícil atribuir a este calentamiento el aumento de frecuencia e intensidad de otros fenómenos naturales como los terremotos y maremotos.
¿Qué está pasando?
Podemos encontrar algunas claves para responder a este dramático enigma en una nueva ciencia llamada Teoría del Caos. Según esta teoría, “el aleteo de una mariposa en Australia afecta al clima de Europa”. Tanto esta nueva teoría como la del Holoverso del Premio Nóbel David Bohm apuntan a la interrelación de todo el Universo o, como se decía antes, de la Creación. Existe una unidad esencial e intrínseca de todo lo creado, de forma que cualquier hecho repercute en los demás, en el Todo. Esto parece teología, pero es ciencia de vanguardia, física cuántica. Aunque también es doctrina conocida desde hace miles de años por las personas de Fe. Es un hecho constatado a lo largo de los siglos que los actos humanos tienen una repercusión en el mundo exterior, el mundo material. La Biblia lo narra por doquier y lo comprobamos de continuo en nuestra propia experiencia. Entonces ¿cómo no habría ser también así en la Naturaleza?
En Medjugorje, un lugar de Bosnia donde se aparece la Virgen desde hace 25 años, Ella llegó a afirmar: “con vuestra oración y penitencia podéis detener las guerras y las catástrofes naturales.” Y estos mensajes se repiten en numerosas Revelaciones Privadas actuales. En uno de ellos, revelado a la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, fundadora de la conocida Obra de la Iglesia, se afirma que la Naturaleza es imagen del hombre, por ser éste el culmen de la Creación, y que, por ello, toma ejemplo de su “hermano mayor”. Así la rebeldía del hombre ante Dios se transmite a la Naturaleza, que se rebela, a su vez, contra el hombre. “Lo que se siembra se cosecha”, dice el refrán, y también se cumple a nivel planetario.
Así pues, el hombre debe aprender del reflejo de su propia imagen que la Naturaleza nos está mostrando en estos tiempos. Los desastres naturales no son sino expresión de los desastres morales, sociales y espirituales que asolan a la humanidad, como en un Retrato de Dorian Grey. Como revelaba la Virgen en La Salette, los disturbios de la naturaleza y los males que aquejan al mundo son culpa, en gran parte, de los pecados del hombre. Así como el Paraíso era perfecto antes de que el hombre lo manchara con su pecado y su rebelión, así el mundo actual se corrompe más y más cuanto más se aleja el hombre de Dios. Pero...“Si se convierten, las piedras y las rocas se transformarán en montañas de trigo, y las patatas crecerán solas en la tierra” terminaba diciendo María.
martes, 27 de marzo de 2007
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